(D)

Algo externo nos rodea
y no es nada bueno;
no son seres extraños
son las maldades que alguna vez lanzamos al azar.

Podés asustarte,
quedarte tieso, no quieto
o salir despedido de tu propio hueco
podés alegrarte
seguir yéndote a donde nadie te inhala
o partirte en mil trozos y dormirte

Se presiente la ira,
oigan los murmullos detrás suyo,
la oreja: detrás, te pica, te hierve

Algo extraño nos pasa
y no somos nosotros
otros
sino nuestras mismas maldades
que alguna vez lanzamos al azar.

1 Hacechos:

no sé porqué... pero me hizo recordar a este poema de Vallejo:




XV


En el rincón aquel, donde dormimos juntos
tantas noches, ahora me he sentado
a caminar. La cuja de los novios difuntos
fue sacada, o talvez qué habrá pasado.

Has venido temprano a otros asuntos,
y ya no estás. Es el rincón
donde a tu lado, leí una noche,
entre tus tiernos puntos,
un cuento de Daudet. Es el rincón
amado. No lo equivoques.

Me he puesto a recordar los días
de verano idos, tu entrar y salir,
poca y harta y pálida por los cuartos.

En esta noche pluviosa,
ya lejos de ambos dos, salto de pronto...
Son dos puertas abriéndose cerrándose,
dos puertas que al viento van y vienen
sombra a sombra.




saludos!

sábado, 16 septiembre, 2006  

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