Quiero escucharte hablarme

para saber de mi calma,

sostener tus caricias

para hallar el alma

que se hierve entre tés de moros y catalanes;

ennegrecer mis pestañas para ensuciarme

por la pileta de los cuerpos al besarme

quiero el dolor en mis piernas,

como quiero tus ojos en mis ojos.

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