uNo y UnO

La imperante necesidad del algo constante habita cada cuerpo. Nomás necesidades somos, nomás que un par de impulsos indirecamente solucionados. Y nos hacemos los distintos...Bien seremos diferentes, pero no hay nada más ordinario que el hombre haciendo un circulo infinito al dibujar los pensamientos; y detrás de cada máscara: UNO y detrás de cada máscara lo mismo que el resto. Una sombra que busca una luz (y a veces tanta que encandila, y he ahi la soberbia). Nomás que uno. Nada tan simple como hacer del empedrado algo interesante. Todos quisiéramos ser únicos y ese es nuestro único y último dolor. La angustia del saber, del corroborar con cada palabra compartida que aquella catarsis no es más que lo inexplicable ( ¿ y para qué las palabras? nada más que sentimientos).
Podemos tratar de hacer desaparecer las paredes, de cruzar la cueva y enceguecernos por el sol; podemos pintar abstracciones en el empedrado; podemos callar y vivir somatisando o hablar hasta que el desierto se sienta en la lengua, podemos intertarlo e intentar seguir confirmando la complejidad del hombre, la satisfación indirecta de nuestras necesidades mas vanales, pero al final somos una energía constante que se descarga a través de nuestro cuerpo, pero somos el último elemento que encuentra el ser para deshacerse de alguna parte que le sobre.



27/9/2006

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